Mariana Joselín
- Jatsive Domínguez
- 27 nov 2020
- 2 Min. de lectura
El pasado 29 de agosto, se informó la detención en Oaxaca de Juan de la Cruz Quintero Martínez, identificado como el probable homicida de Mariana Joselín Baltierra Valenzuela, joven de 18 años, encontrada sin vida en una carnicería de Ecatepec, en julio de 2017.

El jueves 27 de julio Mariana Joselín Baltierra llevaba una camiseta amarillo fluorescente, unos leggins negros y unos tenis morados. Había salido a la tienda a comprar algo. Eran las nueve de la mañana. En su camino pasaría por la carnicería del chico de los ojos achinados y pecas. A un lado, la señora de la tortillería ya había abierto y el siguiente local era su destino. Un trayecto de 200 metros a plena luz del día. Fácil, cerca, seguro.
No contaba con aquel joven extraño, de 28 años, que llevaba 15 días trabajando y viviendo en ese local de carne, Carnicasa. El dueño del establecimiento le había dejado un lugar para dormir en una habitación, en el piso de arriba de la tienda. Había llegado hace poco al barrio porque unos meses antes había intentado matar a su madre, según una denuncia que hizo su hermana a la policía. Aquello no se supo, hasta unos días después.
Ese jueves, como cada último de mes, el local estaba cerrado, y él tomaba el aire en la puerta de su casa. Mariana pasó por delante. Y solo lo haría una vez. La policía que investiga el caso sospecha que él la agarró contra su voluntad y la introdujo al interior del local. Los víveres que compró en la tienda quedaron esparcidos por el pasillo. Junto a la entrada de la carnicería pegaron un cartel con su foto: "Persona no localizada, ayúdanos a encontrarla".

Nadie supo entonces que detrás de aquella cartulina que estaban colocando, del otro lado de esa pared, estaba el cadáver de Mariana, tendido sobre el piso, como uno de aquellos animales de la tienda. Le habían abierto el abdomen y habían dejado que se desangrara. Parte de sus intestinos se habían escapado de su cuerpo y las huellas ensangrentadas de sus manos se quedaron para siempre sobre aquel piso grisáceo, frío. El que perpetró aquello también la violó.
El asesinato de Mariana ha despertado los peores demonios de una localidad que en los últimos años ha recordado a la época más oscura de Ciudad Juárez. La crueldad y la saña con la que fue asesinada, el hecho de que fuera a plena luz del día, cerca de su casa, por un vecino, ha aumentado la indignación y el miedo en la zona.
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